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Estas son las posturas con las que el yoga mejora tu piel

Aunque existen muchas opciones para el cuidado de la piel, lo cierto es que esta se resiente por ejemplo del abuso de la luz solar. Tener otros malos hábitos también puede perjudicar su salud, haciendo que se reseque o por el contrario, que tenga más grasa de lo que cabría esperar.

Como decíamos hay muchas posibilidades para cuidar la piel, sobre todo productos cosméticos que pueden ayudar a que luzca radiante y sin problemas (puedes encontrar una amplia gama de dichos productos en PacoPerfumerías).

Pero al margen de esto, el yoga puede constituir una gran ayuda para la piel, en la medida en que reduce y combate el estrés, lo que tiene efectos más que positivos en este aspecto. Veamos cuáles son las posturas de yoga más beneficiosas para la piel.

Posturas fáciles para empezar a erradicar el estrés

Un cuarto de hora es suficiente para aliviar tanto el cuerpo como la mente de la tensión del día a día. Al conseguir un estado de más tranquilidad logramos un mejor ánimo, reducimos el cansancio diario y nuestra piel luce con mejor aspecto.

Los expertos aconsejan las siguientes asanas o posturas para iniciarse en el yoga, antecedidas siempre de unos minutos y ejercicios de meditación.

Tadasana, la postura de la montaña

Se trata de relajar los hombros y juntar las manos en el pecho, manteniendo la columna recta y mirando en todo momento al frente. El pecho se expande al respirar de manera adecuada, y los hombros se abren, por lo que se obtiene una sensación de amplitud. Se hacen diez respiraciones profundas y lentas con los ojos cerrados, y así se toma conciencia del cuerpo y comienza la relajación.

Vrksasana, la postura del árbol

Mediante esta postura se busca el equilibrio en un punto fijo desde la postura de la montaña, y se sube el pie izquierdo hasta la parte interior del muslo derecho, haciendo que los dedos del pie apunten al suelo. Hay que mantener la postura por treinta segundos, y luego se cambia de pie. Esta postura mejora el equilibrio mental y físico.

Virabhadrasana, la postura del guerrero

Esta es una de las posturas más básicas y famosas. Partiendo de la posición de la montaña de nuevo, se separan las piernas una distancia de un metro aproximadamente. Después se alinean los talones hacia la derecha o la izquierda, se flexiona la pierna delantera y los brazos se estiran por encima de la cabeza, hacia el cielo. Se sostiene por diez segundos la postura, y después se repite con el lado contrario.

Ardha Matsyendrasana

Se podría llamar algo así como “torsión” en nuestro idioma. Consiste en sentarse con las piernas estiradas y con la espalda recta, llevando la pierna izquierda doblada por encima de la derecha. Se pega el muslo del pie izquierdo al abdomen todo lo posible. Hay que respirar profundamente y mirando por encima del hombro, generando movimiento en la columna vertebran y haciendo que las vértebras se oxigenen.

Savasana o relajación

Es fundamental que toda sesión de yoga finalice con la postura de relajación o savasana. Tan solo hay que tumbarse sobre la espalda con los brazos y las piernas separadas, respirando lentamente y con profundidad con los ojos cerrados.

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