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Crea tu habitación ideal para la práctica de yoga en casa

Vamos a practicar yoga en casa: tenemos lista la ropa, nuestro mat o esterilla, y todas las ganas de iniciar, pero… ¿qué es lo más recomendable para practicar yoga en casa? Hay detalles que debes incluir en el lugar que asignarás para este fin, y aquí te los presentamos para que tu práctica sea lo más cómoda e ideal.

Creando nuestra habitación ideal para la práctica de Yoga en Casa

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Ventilación

Lo mejor en este sentido siempre será escoger un lugar al aire libre, como la playa,  parque o campo; pero si no tienes acceso fácil a estos lugares, busca tu jardín, terraza o habitaciones en las que puedas abrir ventanas y puertas, y permitir que el aire corra. Evita los espacios con aire acondicionado, pues en ellos solamente se recicla el aire y no permite que tu cuerpo respire nuevo oxígeno.

Iluminación

Aquí lo más recomendable es la iluminación natural, sobre todo si la práctica se realiza de día. Si la habitación es muy oscura o es de noche, ilumínala con lámparas tenues y relajantes. Así como sea la iluminación, así será el estado de ánimo que tendrás; si practicas en el día, el yoga con mucha luz despertará tus sentidos y te energizará; si practicas por la noche, lo mejor es una iluminación tenue que te permita llegar al descanso y relajación gradualmente.

Orientación

Muchos instructores recomiendan, si es posible, orientar la habitación y tu práctica hacia donde sale el sol. Se sabe que el astro rey es fuente de calor, luz, vida y energía; por lo que incluir este aspecto es esencial para la práctica del yoga, en especial si se hace cuando empieza a salir en la mañana. ¡Que mejor forma de recibirle que con un Suryanamaskara!

¿Sonidos, ruidos o silencio?

En este sentido debes de buscar lo que mejor te haga sentir. Como recomendación especial, puedes incluir rutinas con música inspiradora para despertar por las mañanas, que te active y levante el ánimo; por las tardes o noches, la música relajante es la mejor, pues tu cuerpo y tu mente se disponen al descanso y a la tranquilidad. La tercera opción es el silencio: de vez en cuando es bueno el silencio, de esta forma puedes escuchar más hacia adentro que lo que está afuera. Si no hay ruidos alrededor tuyo disfruta el silencio, y céntrate en tu respiración, los latidos del corazón, o simplemente, en el silencio.

Puedes acompañarte, si es posible, de sonidos naturales: fuentes, pájaros, olas del mar o el agua que cae de un arroyo. El humano inicia su vida en el agua, por lo que este sonido es muy relajante.

Aroma

Aprovecha los aromas naturales que hay en el ambiente, así estés en la playa, el campo o tu jardín. La naturaleza provee mil y un posibilidades de aromas en todos lados. Es diferente el aroma del campo, bosque, playa o las flores de tu jardín. Disfrútalas e inspírate en ellos. Cipreses, pinos, romeros…

También hay inciensos, velas aromáticas y difusores que puedes encontrar en muchas variedades de esencias. Elige una con la que tus sentidos se sientan cómodos, y asegúrate que tengas buena ventilación, para no saturar el ambiente y que el humo de los inciensos se disuelva bien en el aire.


Hay muchas otras cosas que no podemos dejar a un lado, como por ejemplo, que elijas un lugar y horario en el que no tengas distracciones, que esté limpio y no saturado de cosas. Muchas veces, menos es más, por lo que si vas a decorar un espacio para tu práctica, paredes y cortinas de tonos claros y unos cuantos accesorios son suficientes.

Por favor, no olvides dejarnos tus consejos, comentarios y más. Todos somos sabios, ¡y es nuestro compromiso compartir nuestros conocimientos con los demás!

Namaste.

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Comentarios (2)

muy buen artículo! Estudié los mismos conceptos durante mi curso de formación para profesores de yoga all’arhanta yoga ashram. mi sala de yoga es exactamente como usted la describe.

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Hola,

El espacio donde se va a practicar es uno de los pasos hacia conseguir hacer yoga de forma independiente.

Yo guió hacia la posibilidad de hacer yoga independientemente y son muchos los obstáculos que las personas que asisten a mi taller, encuentran.

Hace falta conocimiento sobre lo que se va a hacer y sobre uno mismo, mucha disciplina, perseverancia y fe, pero sobre todo, mucha necesidad de estar bien con uno mismo, que es una de las razones por las que muchas personas se acercan al yoga.

Y de los que consiguen perseverar, ¿cómo saben si están haciendo yoga? Cuando mantener la aptitud sobre el objeto de estudio es de suma dificultad hasta para los que creemos ya estar haciendo yoga.

Hay que dar pasos, testar, confirmar la evolución y seguir caminando hasta aprender a desenvolverse con la libertad del que, a pesar de tener mente, no se deja dominar por sus instintos y necesidades, sino, que aprende a manifestar en su vida todo lo que ocurre dentro de «esa habitación tan linda que vosotros proponéis en el artículo».

Un abrazo inmenso.

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